viernes, 29 de julio de 2011

Adair de Hernán Belloti


Una tarde bulliciosa de vacaciones de invierno, la tarde afuera tiene un cielo límpido y un sol brillante, pero en el espacio de Andamio 90, en su hall de espera, un grupo de niños y adultos esperan el comienzo de la puesta con ansiedad, dispuestos al viejo ritual de construir mundo a partir de las acciones y las palabras. La cita es para ver teatro negro1 de títeres; la anécdota se divide en dos para reunirse en la figura de Adair: la primera, el árbol de la vida necesita ser salvado y al parecer sólo Adair puede hacerlo; la segunda Adair no sólo de vencer los obstáculos que se le presenten para lograr encontrar los cuatro elementos que le permitirán salvarlo, sino que debe sobre todo vencer al enemigo interno que le impide ser el héroe que se necesita; su miedo. A partir de allí, todo es un despliegue de color en contraste con el fondo negro que como caja de profundidad pone en volumen los títeres y esconde las manos y los cuerpos que realizan la magia de sus voces y movimientos. Pero además, los muñecos interaccionan con personajes humanos que llevan adelante la tarea de representar a los dioses a quienes el pequeño Adair y sus amigos, la pequeña Mavis y el sapo, deben convencer, pasando distintas pruebas de que los ayuden permitiéndoles llevarse algo de cada uno de los elementos primordiales: tierra, agua, viento y fuego. Teatro negro, teatro de títeres, con una técnica que permite la fantasía de creer que poseen vida propia, ya que no vemos las manos ni los hilos que los mueven, acrobacia y danza (capoeira)2, que le dan ritmo a la intriga, y la música que acompaña las secuencias que se desarrollan en los distintos espacios creados a través de materiales como telas, sogas, luces3. Así, el cuerpo del dios de la tierra y su baile pegado al piso da cuenta del elemento que lo conforma, y su necesidad de reír, alejado como está de cualquier vuelo poético. La diosa del mar, surge entre blancas telas que simulan las aguas del mar, y en ese mundo poblado de seres acuáticos que aparecen en títeres de varilla, se le permite a Adair, tras el relato de su propia historia, reparar el dolor de una herida de amor, y tener la posibilidad que el agua de una lágrima sea el segundo elemento que salvará al árbol. El aire, desde telas que penden del techo, permite que su diosa dialogue con los protagonistas y a pesar de querer retenerlos, luego les permite irse a pasar su cuarta prueba; la más difícil, la que le pondrá la diosa del fuego, que entre llamas y con un dragón como guardián, también desde el juego acrobático lo desafía. Toda la inteligencia, y la audacia del pequeño héroe le valdrán finalmente un regreso exitoso. Los personajes humanos juegan en el espacio a partir de los movimientos de acrobacia, y compiten con los muñecos, la iluminación bien dispuesta permite el juego con la profundidad y resaltar los colores utilizados para la construcción de los muñecos, llevando adelante con éxito las técnicas del teatro negro. Las voces en off, construyen el hilo conductor de la historia, y agregan emoción a la intriga, desde el secreto de su procedencia. Los espectadores seguían el curso del viaje de Adair con fascinada atención, comentaban las acciones, se reían y sostenían un atento silencio cuando el pequeño héroe debía sortear las pruebas que el relato proponía; niños y adultos se dejaron llevar por la magia de un universo de ilusión donde los buenos finalmente triunfan.





Adair aventuras elementales
de Hernán Belloti. Elenco: Ivana Averta, Sebastián Castro, Paula Ettedgui, Lucila Kairuz, Pilar Llordela, Ariel Nesterczuk, Vidalia Rivas Helman. Dirección de acróbatas: Sebastián Castro. Voces en off: Carlos Bisignano, Natalia Chiesi, Guillermo Ferraro, Luciana Procaccini, Emiliano Trillo. Diseño y realización visual: Ariel Nesterczuk, Francisco Ramírez. Diseño de iluminación: Florencia González. Idea, Dirección General y Puesta en escena: Francisco Ramírez. Andamio 90. En vacaciones de jueves a domingo a las 16hs.



Curci, Rafael, 2002. De los objetos y otras manipulaciones titiriteras. Buenos Aires: Tridente Libros.











1 El teatro negro es una técnica teatral creada en la antigua China a través de luces negras y excelentes efectos visuales. El teatro negro de Praga es la compañía más importante del mundo y realiza giras mundiales cada vez que estrena una nueva obra. Estas obras se desarrollan en un escenario que se encuentra completamente de negro, donde mediante un juego de luces y contrastes de colores se van generando y desarrollando las diferentes acciones. Pueden ser obras con diálogos o las más comunes son aquellas que son completamente mudas y que llevan un acompañamiento sonoro. Los actores de teatro negro se visten totalmente de negro y utilizan colores que resalten diferentes partes del cuerpo, lo que se hace con colores como el blanco o tonalidades flúo que contrastan con las luces. Este tipo de obras crean ilusiones ópticas y excelentes efectos visuales, donde mediante la creatividad se puede conseguir cualquier cosa ya que no hay límites para las acciones. Es una técnica que se adapta de muy buena manera al teatro infantil, ya que se pueden crear textos de historias fantásticas que se pueden llevar perfectamente a la práctica, por ejemplo volar, desaparecer, caminar por el aire, etc, logrando muy buenos efectos especiales para los niños. El teatro negro es una combinación de diferentes vertientes artísticas como el teatro convencional, opera y danza, creando un espectáculo que requiere un gran nivel de todas las cuestiones técnicas como luces, vestuario y escenografía para poder desarrollarse en todas sus dimensiones. Los guiones no tienen gran diferencia con el resto de las obras de teatro, no hay un formato a seguir más allá de que se debe contemplar todo lo estético.


2 La capoeira surgió hace muchos años como un intento de revolución de los negros esclavos frente al control de la colonia portuguesa en Brasil, las técnicas empezaron a formarse posiblemente desde tierra africana, y luego se terminó de organizar en Brasil. La guardia esclavista tenía prohibido a los negros ejercitarse de una forma distinta a cualquier trabajo forzado, pero no se preocuparon en intervenir sus rituales culturales. Fue así como idearon mezclarlo entre la danza y la música, y como lo pasaron de un camarada a otro.

3 Como afirma Rafael Curci en De los objetos y otras manipulaciones titiriteras: Tomando como base los rasgos característicos fundamentales del teatro de títeres tradicional y sus técnicas de representación milenarias, los nuevos titiriteros se lanzan a la búsqueda de lenguajes alternativos valiéndose con ese fin de distintos recursos. La incorporación de otras disciplinas artísticas, la aparición de nuevos textos y de jóvenes dramaturgos con propuestas renovadoras en el lenguaje, la transmutación de objetos que reemplazan el ícono títere tradicional, el predominio de la imagen (lo visual) en las puestas en escena, sumado todo esto al advenimiento de múltiples adelantos tecnológicos que hacen posible otras variantes en el campo de la representación. (Curci, 2002, 124)



1 comentario:

  1. ay yo lo fui a ver y es un espectaculo increíble. cuando sali del teatro me sentí una nena. la verdad lo recomiendo. VAYAN A VERLO Y APOYEMOS AL TEATRO INDEPENDIENTE!!!!!!

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